El F.C. Barcelona se ha impuesto al Oporto por 2-0 en la final de la Supercopa de Europa disputada en Mónaco. Leo Messi marcó el primero antes del descanso, y Cesc Fábregas sentenció en la recta final. El conjunto azulgrana conquista su segundo título de la temporada.
El F.C. Barcelona ha comenzado la temporada como aun auténtico torbellino, aunque es algo que no pilla a nadie por sorpresa. Es una máquina de hacer fútbol que se ha consagrado ya como una máquina de ganar. Título que disputa, título que se queda para sus vitrinas. Ya lo hizo en la Supercopa de España hace una semana contra el Real Madrid y ahora lo ha hecho en la Supercopa de Europa.
Pep Guardiola sólo introdujo en esta ocasión algunas modificaciones en la defensa, obligado por las circunstancias (las lesiones de Puyol y Piqué). Así pues, recurrió a Mascherano y Abidal. Por lo demás, pocas sorpresas en el once titular. Los habituales y con un banquillo de lujo (con Cesc y Alexis entre otros), esperando su oportunidad.
Se estrena en una Supercopa.Messi sigue siendo decisivo para su equipo. El argentino marcó en la única competición en la que aún no se había estrenado.
El tanto de Messi monopolizó el marcador hasta el último suspiro del encuentro, en el que el argentino se inventó otra genialidad, esta vez en forma de pase, que bajó al césped Cesc para después acribillar a Helton y llevar la locura a la afición azulgrana desplazada a las gradas del Luis II, que celebró el nuevo título acordándose de su máximo rival. Un cántico vetado por Guardiola, que pidió a sus seguidores moderación en un elegante gesto del técnico culé al final del encuentro.
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