El duelo final de mañana en Sao Paulo entre Santos y Peñarol por el título de la Copa Libertadores está condimentado con la tradición de ambos clubes, la historia común de enfrentamientos y la sed que tienen de recuperar una hegemonía que perdieron hace mucho tiempo.
Los dos clubes están entre los mitos del torneo continental. El Peñarol, porque fue el campeón de la primera Libertadores, en 1960.
Luego, volvió a alzarse con el título en 1961, 1966, 1982 y 1987, una hazaña que sólo es superada hasta ahora por dos equipos argentinos: el Independiente, que fue siete veces campeón, y el Boca Juniors, que lo hizo en seis ocasiones y podría ser alcanzado mañana por el Peñarol.
El Santos, a su vez, sólo conquistó dos títulos de la Libertadores, hace casi medio siglo, pero lo hizo en 1962 y 1963, cuando estaba bajo el comando de la máxima estrella del fútbol mundial, el mítico "rey" Pelé.
Casi dos décadas después, en 2003, el equipo brasileño volvió a soñar con el título continental: comandado por dos jóvenes promesas del fútbol brasileño, el mediocampista Diego y el delantero Robinho, el club llegó a la final de la Libertadores, pero terminó derrotado por el Boca Juniors.
Desde entonces, el Santos volvió a la Libertadores en tres ocasiones, pero resultó eliminado en los cuartos de final (en 2004 y 2005) o en las semifinales (en 2007). El Peñarol, a su vez, alcanzó este año la final por primera vez desde 1987, cuando se alzó con su quinto título.
Y es precisamente el largo ayuno que acumulan Santos y Peñarol, aliado a la fuerte tradición "copera" de los dos equipos, lo que da más atractivo al duelo de mañana, una final de la Libertadores para la historia.
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